5 de diciembre de 2011
25 de noviembre de 2011
4 de noviembre de 2011
vaivén
vamos y venimos.
tirando de hilitos,
buscando siempre otro revés.
entre nosotros,
contingencia imprevista,
desencuentro, siempre.
¿de dónde brotamos?
¿de qué rincón ignorado del mundo?
¿sobre qué tierra seca crecimos?
¿qué vamos a dar?
26 de octubre de 2011
23 de octubre de 2011
14 de octubre de 2011
foto
Extravío en imagen.
Verdecer fulgurante,
arqueado camino
anaranjado.
Misterioso detrás.
Puente y niñita,
asomada, encantada.
Leve tornar de rulos
pequeños pies y manos,
puñado ingrávido,
suspensión en caida.
Asombro y devenir,
maravilla pecera y fluir.
Conservar,
entre las manos, las
palabras y los ojos,
un instante eterno,
olvidado.
12 de octubre de 2011
llueve
delineo,
con ojos y oídos,
sobre las gotas que veo,
las que oigo, las que escribo,
nuevos fragmentos ácueos.
turbio horizonte atisbo,
caer continuo.
líquida algarabía,
me hunde en su sonido.
10 de octubre de 2011
5 de octubre de 2011
va a ocultarse en la pintura
"La palabra, escrita o hablada, no es mi fuerte, y mucho menos cuando tengo que expresarme sobre mí mismo o sobre mi trabajo. Ya cuando me veo obligado a escribir una carta sencilla, siento miedo e inquietud como ante un mal de mar.
Por estas razones, habrá que prescindir de autorretrato artístico o literario de mí. No es motivo alguno para apenarse. El que quiera saber algo sobre mí – como artista, digno únicamente de atención – deberá observar detenidamente mis cuadros e intentar reconocer en ellos qué soy y qué quiero"
Gustav Klimt*
4 de octubre de 2011
mil kafkas
26 de septiembre de 2011
yo puedo compaginar la inocencia con la piel
"Hay, en la búsqueda de la belleza, al mismo tiempo que un esfuerzo para acceder, más allá de una ruptura, a la continuidad, un esfuerzo para escapar a ella.
Ese esfuerzo ambiguo nunca deja de serlo. Pero su ambigüedad resume y reproduce el movimiento del erotismo [...] Si la belleza, cuyo logro es un rechazo de la animalidad, es apasionadamente deseada, es que en ella la posesión introduce la mancha de lo animal. Es deseada para ensuciarla. No por ella misma, sino por la alegría que se saborea en la certeza de profanarla"
.. . Bataille.
20 de septiembre de 2011
Recobrada está ¿Qué? La eternidad. Es la mar, que se fue con el sol
La poesía lleva al mismo punto que todas las formas del erotismo:
a la indistinción, a la confusión de objetos distintos.
Nos conduce hacia la eternidad, nos conduce hacia la muerte y, por medio de la muerte,
a la continuidad: la poesía es la eternidad.
Es la mar, que se fue con el sol.
Georges Bataille.
19 de septiembre de 2011
14 de septiembre de 2011
12 de septiembre de 2011
13 de agosto de 2011
Rizoma
Las cosas que se me ocurren no se me presentan por su raíz, sino por un punto cualquiera situado hacia el medio. Tratad pues de retenerlas, tratad de retener esa brizna de hierba que sólo empieza a crecer por la mitad del tallo, y no la soltéis
Franz Kafka
20 de junio de 2011
No lo diré: entre tus labios me tienes. Beso te doy, pero no claridades.
Cada una de las razones que nos devuelven al amor es la repetición de razones agotadas, agostadas. ¿Qué razón puede quedar en lo más irrazonable, en eso que siempre llamaremos corazón? ¿Qué absurdo, irrenunciable corazón orienta una vez más el gobernalle de la sangre hacia las sirtes que lo esperan entre espumas y naufragios?
de Julio Cortazar, Temas de la medianoche, 1984
15 de junio de 2011
En el vaso inalcanzable, en la sed de siempre. La sed verdadera
"Y habrá la misma sed, la que no se refiere al agua ni a la lluvia,
la que sólo se sacia en la contemplación de un vaso vacío.
Y apenas aparezco todo se hace imagen lejana que está en un lugar al que accedo si me destruyo y me desmorono.
Alguien invoca, alguien evoca, alguien pide penitencias, remisiones, revisiones. Es la hora de horadarse. La hora del oráculo. Alguien pide treguas, límites. ¿A quién? Vieja historia.
¿Qué podemos pedir sino más sed?
la que sólo se sacia en la contemplación de un vaso vacío.
Y apenas aparezco todo se hace imagen lejana que está en un lugar al que accedo si me destruyo y me desmorono.
Alguien invoca, alguien evoca, alguien pide penitencias, remisiones, revisiones. Es la hora de horadarse. La hora del oráculo. Alguien pide treguas, límites. ¿A quién? Vieja historia.
¿Qué podemos pedir sino más sed?
Y todo -desde el río hasta sus ojos amados- para terminar "exactamente como un perro’.
Elle n’en pouvais plus d’exister. Cada instante que pasa es como si me pasara a mí.
-Cuando yo muera ¿quién me lo va a decir? (Esto lo dije, pero mis palabras eran como máscaras solitarias caminando a la altura de un rostro humano en una tarde de lluvia).
Aún saber que no hay solución me intranquiliza como si la hubiera.
No eres tú la culpable de que tu poema hable de lo que no es. Si habla de lo que no es quiere decir que no vino en vez de venir. Pero ¿por qué hablo con verbos activos como si me hubiera pasado la noche con una espada en la mano?"
Elle n’en pouvais plus d’exister. Cada instante que pasa es como si me pasara a mí.
-Cuando yo muera ¿quién me lo va a decir? (Esto lo dije, pero mis palabras eran como máscaras solitarias caminando a la altura de un rostro humano en una tarde de lluvia).
Aún saber que no hay solución me intranquiliza como si la hubiera.
No eres tú la culpable de que tu poema hable de lo que no es. Si habla de lo que no es quiere decir que no vino en vez de venir. Pero ¿por qué hablo con verbos activos como si me hubiera pasado la noche con una espada en la mano?"
Fragmento del diario enviado por Alejandra Pizarnik a Alberto Lagunas en 1962.
Antes, más Alejandra en Los trabajos y las noches, 1965 y un poco de Spinetta en Artaud, 1973
6 de junio de 2011
I'll be your mirror, reflect what you are in case you don't know
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Bolero, de Julio, en Salvo el crepúsculo
antes, I'll be your mirror, de The Velvet underground and Nico.
1 de junio de 2011
Para el amor
Bajo del cielo fiel Junio corría
arrastrando en sus aguas dulces fechas…
Llegas de nuevo, río transparente,
todo cielo y verdor, nubes pasmadas,
lluvias o cabelleras desatadas,
plenitud, ola inmóvil y fluente.
Tu luz moja una fecha adolescente:
rozan las manos formas vislumbradas,
los labios besan sombras ya besadas,
los ojos ven, el corazón presiente.
¡Hora de eternidad, toda presencia,
el tiempo en ti se colma y desemboca
y todo cobra ser, hasta la ausencia!
El corazón presiente y se incorpora,
mentida plenitud que nadie toca:
hoy es ayer y es siempre y es deshora.
Una poesía de Octavio Paz, se llama Junio, está en Asueto.
22 de mayo de 2011
jamais réel et toujours vrai
"Y siento sobre el alma, esa opresión enorme que dejaste, de palabras sin labios, escritas en papeles [...] Pero lo insoportable, lo que me está agobiando, llamándome a la tierra, sin tí que me defiendas, es la distancia, es el hueco de tu cuerpo.
Si tu nunca, tu nunca: tu memoria es materia"
La materia no pesa, de Pedro Salinas, en La voz a tí debida, 1934
Antes, frase en un dibujo de Antonin Artaud, 1945
18 de mayo de 2011
¿por qué es tan difícil, no ya conquistar sino, soportar la libertad?
"que hasta las construcciones más sólidas y mejor diseñadas pueden derrumbarse, y que contra todo lo que había sostenido hasta ese momento, más allá del desmoronamiento, había vida"
El Pasado, de Alan Pauls, 12/01/2011, Valizas.
Antes, Gilles Deleuze, en Filosofía Práctica.
15 de mayo de 2011
¿te querés quedar un poquito aunque te vayas?
arde,
ir y venir del aire
te respiro, te agito, te tengo en los labios
ausente,
invento la forma, la palabra, el beso
tiempo y silencio me atrviesan el cuerpo
4 de mayo de 2011
¿Quién lucha contra quién? Luchamos todos contra todos. Y en nosotros siempre hay algo que lucha contra otra cosa en nosotros
Estar solo con uno mismo -o con Dios- ¿no es como estar solo con una fiera? En cualquier momento puede atacarte. Pero ¡¿no sucede eso precisamente porque no debes huir?! ¡¿no es eso, por así decirlo, lo magnífico?! ¡no significa eso: consigue amansar a esa fiera! Y sin embargo hay que pedir: ¡No nos lleves a la tentación!
de Movimientos del pensar, Diarios de Ludwig Wittgenstein
Antes, Michel Foucault, conversando con Alain Grosrichard
21 de abril de 2011
Alejandra
"Aunque llegara a definir la poesía -aspiración estúpida por otra parte- aunque descubriera su esencia, aunque develara su origen más profundo, aunque la poesía toda y todos los poetas me fueran tan conocidos como mi propio nombre, llegado el instante de escribir un poema no soy más que una humilde muchachita desnuda que espera que lo Otro le dicte palabras bellas y significativas, con suficiente poder como para izar sus pobres tribulaciones y para dar validez a lo que de otra manera serían desvaríos"
diario de Alejandra Pizarnik, 23 de Octubre de 1957.
me voy al mar y te llevo,
14 de abril de 2011
14 de Abril de 1931
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
Como nace un deseo sobre torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel descolorida,
Noche petrificada a fuerza de puños,
Ante todos, incluso el más rebelde,
Apto solamente en la vida sin muros.
Como nace un deseo sobre torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel descolorida,
Noche petrificada a fuerza de puños,
Ante todos, incluso el más rebelde,
Apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
Todo es bueno si deforma un cuerpo;
Tu deseo es beber esas hojas lascivas
O dormir en esa agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
Todo es bueno si deforma un cuerpo;
Tu deseo es beber esas hojas lascivas
O dormir en esa agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destino
Levantó hacia las aves con manos imperecederas;
No importa la juventud, sueño más que hombre,
La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
De un régimen caído.
Levantó hacia las aves con manos imperecederas;
No importa la juventud, sueño más que hombre,
La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
De un régimen caído.
Placeres prohibidos, planetas terrenales,
Miembros de mármol con sabor de estío,
Jugo de esponjas abandonadas por el mar,
Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Miembros de mármol con sabor de estío,
Jugo de esponjas abandonadas por el mar,
Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,
Libertades memorables, manto de juventudes;
Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
Es vil como un rey, como sombra de rey
Arrastrándose a los pies de la tierra
Para conseguir un trozo de vida.
Libertades memorables, manto de juventudes;
Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
Es vil como un rey, como sombra de rey
Arrastrándose a los pies de la tierra
Para conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,
Límites de metal o papel,
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
Adonde no llegan realidades vacías,
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Límites de metal o papel,
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
Adonde no llegan realidades vacías,
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces una mano
Es hallar una montaña que prohíbe,
Un bosque impenetrable que niega,
Un mar que traga adolescentes rebeldes.
Es hallar una montaña que prohíbe,
Un bosque impenetrable que niega,
Un mar que traga adolescentes rebeldes.
Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
Ávidos dientes sin carne todavía,
Amenazan abriendo sus torrentes,
De otro lado vosotros, placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
Tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Ávidos dientes sin carne todavía,
Amenazan abriendo sus torrentes,
De otro lado vosotros, placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
Tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo, estatuas anónimas,
Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos placeres
Brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo.
Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos placeres
Brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo.
de Luis Cernuda, en Los Placeres Prohibidos, de 1931
1 de abril de 2011
me enseñas recuerdos en escorzo, me haces señas con las delicias, vivas, del pasado, invitándome
Beso será. Parecen otras cosas.
Parecen tardes vagas, sin destino,
errantes por el tiempo: y nos esperan.
Al borde de los labios, de la vida,
se estremecen palabras, nombres, síes
buscándose su ser, y no lo encuentran;
retornan al silencio, fracasadas.
No querían hablar, lo que querían
es hablarte, y no estás.
Pero ellas, todo
esto que nada es, esto que vive
en tierna primavera distraida
espera su cumplirse cuando llegues.
Todo es labios, los míos o los tuyos,
hoy separados. Lo llamamos hojas,
brisa, tarde de abril, papel palabras,
y esta gran soledad
de bocas solas con sus almas solas,
besos será, se encontrarán en el beso,
dado por esos labios ardorosos
que se llaman la ausencia, cuando acaba.
Es de Pedro Salinas y está en el libro Razón de Amor,
lo escribió en el año 1936, en Madrid, o por ahí.
A mí, Julieta,
en Buenos Aires, Escalada o La Esmeralda,
por el año 2010, o 2011,
me encanta
25 de marzo de 2011
convertir todo en acaso, en azar puro
Parecen nubes. Veleras,
voladoras, lino, pluma,
al viento, al mar, a las ondas
—parecen el mar— del viento,
al nido, al puerto, horizontes,
certeras van como nubes.
Parecen rumbos. Taimados
los aires soplan al sesgo,
el sur equivoca el norte,
alas, quillas, trazan rayas,
—aire, nada, espuma, nada—,
sin dondes. Parecen rumbos.
Parece el azar. Flotante
en brisas, olas, caprichos,
¡qué disimulado va,
tan seguro, a la deriva
querenciosa del engaño!
¡Qué desarraigado, ingrávido,
entre voces, entre imanes,
entre orillas, fuera, arriba,
suelto! Parece el azar.
Figuraciones, de Pedro Salinas, en Seguro Azar, 1924~1928
voladoras, lino, pluma,
al viento, al mar, a las ondas
—parecen el mar— del viento,
al nido, al puerto, horizontes,
certeras van como nubes.
Parecen rumbos. Taimados
los aires soplan al sesgo,
el sur equivoca el norte,
alas, quillas, trazan rayas,
—aire, nada, espuma, nada—,
sin dondes. Parecen rumbos.
Parece el azar. Flotante
en brisas, olas, caprichos,
¡qué disimulado va,
tan seguro, a la deriva
querenciosa del engaño!
¡Qué desarraigado, ingrávido,
entre voces, entre imanes,
entre orillas, fuera, arriba,
suelto! Parece el azar.
Figuraciones, de Pedro Salinas, en Seguro Azar, 1924~1928
24 de marzo de 2011
en la orilla se paran, las ansias y los besos
No se escribe tu nombre
donde se escribe, con lo que se escribe.
En las aguas escribe
con verde rasgo el árbol.
En el aire las máquinas
improvisan nocturnos,
tocan su seca música
de alfabeto romántico.
En los cielos abiertos,
van trazando los pájaros
códigos de los vuelos.
Tu nombre, no se escribe
donde se escribe con lo que se escribe.
Las estrellas se leen
con largas lentes claras,
que descifran su tedio
de enigmas alejados.
Las tierras más remotas,
con colores azules,
verdes, rosas, entregan
su secreto en los mapas.
Y el pasado se ve
tan escrito en los ojos
que mirar a alguien bien
es elegía o cántico
que brotan del azul,
del verde, de lo negro.
Tu nombre no se lee
donde se lee, con lo que se lee.
La aurora borra noches,
el mediodía auroras,
y las tardes le quitan
forma, ser, a los días.
El tiempo borra el tiempo,
queda sólo un gran blanco.
Pero tu nombre, ¿quién,
dime, quién va a borrarlo,
si en nada se le lee,
si no lo ha escrito nadie,
como lo digo yo,
como lo voy callando?
No se escribe tu nombre, de Pedro Salinas, en Razón de amor 1936
donde se escribe, con lo que se escribe.
En las aguas escribe
con verde rasgo el árbol.
En el aire las máquinas
improvisan nocturnos,
tocan su seca música
de alfabeto romántico.
En los cielos abiertos,
van trazando los pájaros
códigos de los vuelos.
Tu nombre, no se escribe
donde se escribe con lo que se escribe.
Las estrellas se leen
con largas lentes claras,
que descifran su tedio
de enigmas alejados.
Las tierras más remotas,
con colores azules,
verdes, rosas, entregan
su secreto en los mapas.
Y el pasado se ve
tan escrito en los ojos
que mirar a alguien bien
es elegía o cántico
que brotan del azul,
del verde, de lo negro.
Tu nombre no se lee
donde se lee, con lo que se lee.
La aurora borra noches,
el mediodía auroras,
y las tardes le quitan
forma, ser, a los días.
El tiempo borra el tiempo,
queda sólo un gran blanco.
Pero tu nombre, ¿quién,
dime, quién va a borrarlo,
si en nada se le lee,
si no lo ha escrito nadie,
como lo digo yo,
como lo voy callando?
No se escribe tu nombre, de Pedro Salinas, en Razón de amor 1936
10 de marzo de 2011
tu destino será idéntico a tu deseo
"No sé de dónde saqué el valor para volver a casa de Frau Schmitz. ¿Quizá la educación moralizante se revolvía de algún modo contra sí misma? Si la mirada concupiscente era por sí misma tan mala como la satisfacción del deseo, y la fantasía activa tanto como el hecho en sí mismo, entonces, ¿por qué negarse a la satisfacción y al hecho? Día a día constataba que no podía alejar de mí aquellas ideas pecaminosas. Hasta que llegó un momento en que deseé el pecado. (...) No sé por qué lo hice. Pero en lo que sucedió en aquellos días reconozco hoy el mismo esquema por medio del cual el pensamiento y la acción se han conjuntado o han divergido durante toda mi vida. Pienso, llego a una conclusión, la conclusión cristaliza en una decisión, y entonces me doy cuenta de que la acción es algo aparte, algo que puede seguir a la decisión, pero no necesariamente. A lo largo de mi vida, he hecho muchas veces cosas que era incapaz de decidirme a hacer y he dejado de hacer otras que había decidido firmemente. Hay algo en mí, sea lo que sea, que actúa; algo que se pone en camino para ir a ver a una mujer a la que no quiero volver a ver más, que le hace a un superior un comentario que me puede costar la cabeza, que sigue fumando aunque yo he resuelto dejar de fumar, y deja de fumar cuando yo me he resignado a ser fumador para el resto de mis días. No quiero decir que el pensamiento y la decisión no influyan para nada en la acción. Pero la acción no se limita a llevar a cabo lo que he pensado y decidido previamente. Surge de una fuente propia, y es tan independiente como lo es mi pensamiento y lo son mis decisiones"
.
.
El lector, de Bernhard Schlink, 1997
9 de marzo de 2011
3 de marzo de 2011
las penas son de nosotros
Recuerdo.
Desgarradura,
quiebre elemental.
Hastío,
reproche,
garganta inmóvil.
No me busques más en esta orilla,
en esta orilla en la que dejo las palabras.
Si ya no hay vuelta,
si no despertamos al viento
si los nombres se nos deshacen en la boca,
habrá que abrir el mar en dos,
hundiendo los pies en la arena.
Hundiéndonos,
habrá que inventar, con estos cuerpos de hoy,
la tierra futura.
de Julieta
Desgarradura,
quiebre elemental.
Hastío,
reproche,
garganta inmóvil.
No me busques más en esta orilla,
en esta orilla en la que dejo las palabras.
Si ya no hay vuelta,
si no despertamos al viento
si los nombres se nos deshacen en la boca,
habrá que abrir el mar en dos,
hundiendo los pies en la arena.
Hundiéndonos,
habrá que inventar, con estos cuerpos de hoy,
la tierra futura.
de Julieta
2 de marzo de 2011
el deseo era un punto inmóvil
Los cuerpos se quedaban del lado solitario del amor
como si uno a otro se negasen sin negar el deseo
y en esa negación un nudo más fuerte que ellos mismos
indefinidamente los uniera.
¿Qué sabían los ojos y las manos,
qué sabía la piel, qué retenía un cuerpo
de la respiración del otro, quién hacía nacer
aquella lenta luz inmóvil
como única forma del deseo?
de José Ángel Valente, 1960
como si uno a otro se negasen sin negar el deseo
y en esa negación un nudo más fuerte que ellos mismos
indefinidamente los uniera.
¿Qué sabían los ojos y las manos,
qué sabía la piel, qué retenía un cuerpo
de la respiración del otro, quién hacía nacer
aquella lenta luz inmóvil
como única forma del deseo?
de José Ángel Valente, 1960
28 de febrero de 2011
no poder querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas
"Sin cierto coraje no puede escribirse siquiera una observación razonable de sí mismo.
Padezco una especie de obstrucción espiritual. ¿O se trata sólo de una sugestión semejante a la que se siente cuando parece uno que quiere vomitar aunque de hecho ya no quede nada dentro?
Muy a menudo, o casi siempre, estoy lleno de miedo.
A menudo pienso que hay algo en mí como un grumo que si se derritiera me permitiría llorar o bien encontraría entonces las palabras oportunas (o quizá incluso una melodía). Pero ese algo (¿se trata del corazón?) lo siento como si fuera cuero y no puede derretirse. ¿O es que soy demasiado cobarde para dejar que la temperatura suba lo suficiente?
Hay personas que son demasiado débiles para romperse. A esas pertenezco yo también.
Lo único que quizá se rompa en mí un día, y eso temo a veces, es mi razón."
Movimientos del pensar, de Ludwig Wittgenstein, diario de 1930
Padezco una especie de obstrucción espiritual. ¿O se trata sólo de una sugestión semejante a la que se siente cuando parece uno que quiere vomitar aunque de hecho ya no quede nada dentro?
Muy a menudo, o casi siempre, estoy lleno de miedo.
A menudo pienso que hay algo en mí como un grumo que si se derritiera me permitiría llorar o bien encontraría entonces las palabras oportunas (o quizá incluso una melodía). Pero ese algo (¿se trata del corazón?) lo siento como si fuera cuero y no puede derretirse. ¿O es que soy demasiado cobarde para dejar que la temperatura suba lo suficiente?
Hay personas que son demasiado débiles para romperse. A esas pertenezco yo también.
Lo único que quizá se rompa en mí un día, y eso temo a veces, es mi razón."
Movimientos del pensar, de Ludwig Wittgenstein, diario de 1930
22 de febrero de 2011
el reguero insaciable de mi vida
ESCÚCHAME: nuevamente te he visto, de improviso,
Fosforescente imagen destinada a mi alma.
Desde el fondo del pasado vuelves como un suspiro
para turbar una vez más el reguero insaciable de
…… mi vida.
Déjame que de nuevo me acerque a tu figura,
a volver nuevamente a vagar en el hontanar de tu
…… mirada,
déjame regresar a aquel país de fiebre
poblado de voces remotas y fuegos enterrados.
Vuelve otra vez, igual que antaño, bajo la luz del sol.
De nuevo te reclaman los antiguos lugares que
…… fueron los oscuros testigos del amo,
la espuma del océano y el paralelo juego de tus pechos,
la gracia voluptuosa de cuerpo que equilibra
…… el oleaje.
Mi querida, es de noche y la aventura insomne
revive una vez más sus mínimos detalles.
Te recuerdo dormida en el tumulto de las
..................................................................[constelaciones
cuando te perdías para siempre
en el espacio sin límites del sueño.
Fosforescente imagen destinada a mi alma.
Desde el fondo del pasado vuelves como un suspiro
para turbar una vez más el reguero insaciable de
…… mi vida.
Déjame que de nuevo me acerque a tu figura,
a volver nuevamente a vagar en el hontanar de tu
…… mirada,
déjame regresar a aquel país de fiebre
poblado de voces remotas y fuegos enterrados.
Vuelve otra vez, igual que antaño, bajo la luz del sol.
De nuevo te reclaman los antiguos lugares que
…… fueron los oscuros testigos del amo,
la espuma del océano y el paralelo juego de tus pechos,
la gracia voluptuosa de cuerpo que equilibra
…… el oleaje.
Mi querida, es de noche y la aventura insomne
revive una vez más sus mínimos detalles.
Te recuerdo dormida en el tumulto de las
..................................................................[constelaciones
cuando te perdías para siempre
en el espacio sin límites del sueño.
Te invoco en la distancia, de Enrique Molina, en El adiós
19 de febrero de 2011
todo es bueno si deforma un cuerpo
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
como nace un deseo sobre torres de espanto,
amenazadores barrotes, hiel descolorida,
noche petrificada a fuerza de puños,
ante todos, incluso el más rebelde,
apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
todo es bueno si deforma un cuerpo;
tu deseo es beber esas hojas lascivas
o dormir en ese agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destino
levantó hacia las aves con manos imperecederas;
no importa la juventud, sueño más que hombre,
la sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
de un régimen caído.
Placeres prohibidos, planetas terrenales,
miembros de mármol con sabor de estío,
jugo de esponjas abandonadas por el mar,
flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,
libertades memorables, manto de juventudes;
quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
es vil como un rey, como sombra de rey
arrastrándose a los pies de la tierra
para conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,
límites de metal o papel,
ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
adonde no llegan realidades vacías,
leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces la mano
es hallar una montaña que prohíbe,
un bosque impenetrable que niega,
un mar que traga adolescentes rebeldes.
Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
ávidos dientes sin carne todavía,
amenazan abriendo sus torrentes,
de otro lado vosotros, placeres prohibidos,
bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo estatuas anónimas,
sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
una chispa de aquellos placeres
brilla en la hora vengativa.
su fulgor puede destruir vuestro mundo.
Los placeres prohibidos, de Luis Cernuda, 1931
como nace un deseo sobre torres de espanto,
amenazadores barrotes, hiel descolorida,
noche petrificada a fuerza de puños,
ante todos, incluso el más rebelde,
apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
todo es bueno si deforma un cuerpo;
tu deseo es beber esas hojas lascivas
o dormir en ese agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destino
levantó hacia las aves con manos imperecederas;
no importa la juventud, sueño más que hombre,
la sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
de un régimen caído.
Placeres prohibidos, planetas terrenales,
miembros de mármol con sabor de estío,
jugo de esponjas abandonadas por el mar,
flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,
libertades memorables, manto de juventudes;
quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
es vil como un rey, como sombra de rey
arrastrándose a los pies de la tierra
para conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,
límites de metal o papel,
ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
adonde no llegan realidades vacías,
leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces la mano
es hallar una montaña que prohíbe,
un bosque impenetrable que niega,
un mar que traga adolescentes rebeldes.
Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
ávidos dientes sin carne todavía,
amenazan abriendo sus torrentes,
de otro lado vosotros, placeres prohibidos,
bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo estatuas anónimas,
sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
una chispa de aquellos placeres
brilla en la hora vengativa.
su fulgor puede destruir vuestro mundo.
Los placeres prohibidos, de Luis Cernuda, 1931
17 de febrero de 2011
como si no fuera un rayo...
¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores
El rayo que no cesa, de Miguel Hernandez, 1936
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores
El rayo que no cesa, de Miguel Hernandez, 1936
1 de febrero de 2011
no hay ningún momento que se pueda comparar al amor
solo vine a ver el jardín.
tengo frío en las manos.
frío en el pecho.
frío en el lugar donde en los demás se forma el pensamiento.
no es este el jardín que vine a buscar
a fin de entrar, de entrar, no de salir
por favor, no creas que me lamento.
si comprendieras la voluptuosidad de comprobar
me amaron, a lo menos eso dijeron.
muchos me amaron porque no soy parecida más que a mí
y por otros imponderables más bellos que la sonrisa de la Virgen
________________________________________/ /de las Rocas
tengo frío en las manos.
frío en el pecho.
frío en el lugar donde en los demás se forma el pensamiento.
no es este el jardín que vine a buscar
a fin de entrar, de entrar, no de salir
por favor, no creas que me lamento.
si comprendieras la voluptuosidad de comprobar
me amaron, a lo menos eso dijeron.
muchos me amaron porque no soy parecida más que a mí
y por otros imponderables más bellos que la sonrisa de la Virgen
________________________________________/ /de las Rocas
.
yo ahora creo amar y me siento acabada, epilogada
¿cómo aprender los gestos primarios
de las pasiones elementales?
.
No me consuela.
31 de enero de 2011
XIII
Una idea fija
una leyenda infantil
una desgarradura
el sol
como un gran animal oscuro
no hay más que yo
no hay qué decir
Los pequeños cantos, de Alejandra, en Árbol de fuego, 1971
una leyenda infantil
una desgarradura
el sol
como un gran animal oscuro
no hay más que yo
no hay qué decir
Los pequeños cantos, de Alejandra, en Árbol de fuego, 1971
27 de enero de 2011
inventamos nuestro incendio, ardemos de dentro afuera
"Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen que lame las piedras y acecha en los vanos de las puertas, cómo haremos para lavarnos de su quemadura dulce que prosigue, que se aposenta para durar aliada al tiempo y al recuerdo, a las sustancias pegajosas que nos retienen de este lado, y que nos arderá dulcemente hasta calcinamos. Entonces es mejor pactar como los gatos y los musgos, trabar amistad inmediata con las porteras de roncas voces, con las criaturas pálidas y sufrientes que acechan en las ventanas jugando con una rama seca. Ardiendo así sin tregua, soportando la quemadura central que avanza como la madurez paulatina en el fruto, ser el pulso de una hoguera en esta maraña de piedra interminable, caminar por las noches de nuestra vida con la obediencia de la sangre en su circuito ciego.
Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos. Pero preguntarse si sabremos encontrar el otro lado de la costumbre o si más vale dejarse llevar por su alegre cibernética, ¿no será otra vez literatura? Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, todas las dicotomías: el Yin y el Yang, la contemplación o la Tatigkeit, avena arrollada o perdices faisandées, Lascaux o Mathieu, qué hamaca de palabras, qué dialéctica de bolsillo con tormentas en piyama y cataclismos de living room. El solo hecho de interrogarse sobre la posible elección vicia y enturbia lo elegible. Que sí, que no, que en ésta está… Parecería que una elección no puede ser dialéctica, que su planteo la empobrece, es decir la falsea, es decir la transforma en otra cosa. Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas. En uno de sus libros, Morelli habla del napolitano que se pasó años sentado a la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz. El tipo murió de un síncope, y el tornillo desapareció apenas acudieron los vecinos. Uno de ellos lo guarda, quizá lo saca en secreto y lo mira, vuelve a guardarlo y se va a la fábrica sintiendo algo que no comprende, una oscura reprobación. Sólo se calma cuando saca el tornillo y lo mira, se queda mirándolo hasta que oye pasos y tiene que guardarlo presuroso. Morelli pensaba que el tornillo debía ser otra cosa, un dios o algo así. Solución demasiado fácil. Quizá el error estuviera en aceptar que ese objeto era un tornillo por el hecho de que tenía la forma de un tornillo. Picasso toma un auto de juguete y lo convierte en el mentón de un cinocéfalo. A lo mejor el napolitano era un idiota pero también pudo ser el inventor de un mundo. Del tornillo a un ojo, de un ojo a una estrella… ¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre? Se puede elegir la tura, la invención, es decir el tornillo o el auto de juguete. Así es cómo París nos destruye despacio, deliciosamente, triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con su fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos. Nos arde un fuego inventado, una incandescente tura, un artilugio de la raza, una ciudad que es el Gran Tornillo, la horrible aguja con su ojo nocturno por donde corre el hilo del Sena, máquina de torturas como puntillas, agonía en una jaula atestada de golondrinas enfurecidas. Ardemos en nuestra obra, fabuloso honor mortal, alto desafío del fénix. Nadie nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette. Incurables, perfectamente incurables, elegimos por tura el Gran Tornillo, nos inclinamos sobre él, entramos en él, volvemos a inventarlo cada día, a cada mancha de vino en el mantel, a cada beso del moho en las madrugadas de la Cour de Rohan, inventamos nuestro incendio, ardemos de dentro afuera, quizá eso sea la elección, quizá las palabras envuelvan esto como la servilleta el pan y dentro esté la fragancia, la harina esponjándose, el sí sin el no, o el no sin el sí, el día sin Manes, sin Ormuz o Arimán, de una vez por todas y en paz y basta"
Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos. Pero preguntarse si sabremos encontrar el otro lado de la costumbre o si más vale dejarse llevar por su alegre cibernética, ¿no será otra vez literatura? Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, todas las dicotomías: el Yin y el Yang, la contemplación o la Tatigkeit, avena arrollada o perdices faisandées, Lascaux o Mathieu, qué hamaca de palabras, qué dialéctica de bolsillo con tormentas en piyama y cataclismos de living room. El solo hecho de interrogarse sobre la posible elección vicia y enturbia lo elegible. Que sí, que no, que en ésta está… Parecería que una elección no puede ser dialéctica, que su planteo la empobrece, es decir la falsea, es decir la transforma en otra cosa. Entre el Yin y el Yang, ¿cuántos eones? Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas. En uno de sus libros, Morelli habla del napolitano que se pasó años sentado a la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz. El tipo murió de un síncope, y el tornillo desapareció apenas acudieron los vecinos. Uno de ellos lo guarda, quizá lo saca en secreto y lo mira, vuelve a guardarlo y se va a la fábrica sintiendo algo que no comprende, una oscura reprobación. Sólo se calma cuando saca el tornillo y lo mira, se queda mirándolo hasta que oye pasos y tiene que guardarlo presuroso. Morelli pensaba que el tornillo debía ser otra cosa, un dios o algo así. Solución demasiado fácil. Quizá el error estuviera en aceptar que ese objeto era un tornillo por el hecho de que tenía la forma de un tornillo. Picasso toma un auto de juguete y lo convierte en el mentón de un cinocéfalo. A lo mejor el napolitano era un idiota pero también pudo ser el inventor de un mundo. Del tornillo a un ojo, de un ojo a una estrella… ¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre? Se puede elegir la tura, la invención, es decir el tornillo o el auto de juguete. Así es cómo París nos destruye despacio, deliciosamente, triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con su fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos. Nos arde un fuego inventado, una incandescente tura, un artilugio de la raza, una ciudad que es el Gran Tornillo, la horrible aguja con su ojo nocturno por donde corre el hilo del Sena, máquina de torturas como puntillas, agonía en una jaula atestada de golondrinas enfurecidas. Ardemos en nuestra obra, fabuloso honor mortal, alto desafío del fénix. Nadie nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette. Incurables, perfectamente incurables, elegimos por tura el Gran Tornillo, nos inclinamos sobre él, entramos en él, volvemos a inventarlo cada día, a cada mancha de vino en el mantel, a cada beso del moho en las madrugadas de la Cour de Rohan, inventamos nuestro incendio, ardemos de dentro afuera, quizá eso sea la elección, quizá las palabras envuelvan esto como la servilleta el pan y dentro esté la fragancia, la harina esponjándose, el sí sin el no, o el no sin el sí, el día sin Manes, sin Ormuz o Arimán, de una vez por todas y en paz y basta"
el otro principio, Rayuela, de Julio Cortázar, 1963
19 de enero de 2011
a destino, a destiempo
1 de enero de 2011
nueva década y despedida
Cuatro estrellas blancas sobre fondo negro
es la Cruz del Sur.
Una luna negra sobre fondo blanco
es tu lunar
y yo no puedo ni mirar el cielo
sin nombrarte,
yo no puedo ver anochecer
sin recordarte.
Tres Marías blancas van cruzando
un cielo color carbón.
Tus ojos negros dieron en el blanco
de mi corazón
y yo tocando el cielo cada vez
que te miraba,
yo tocando esta canción
mientras te recordaba.
Vuela en el viento
esta canción,
vuela cruzando la noche,
cruzando camino de tu corazón.
esta es una canción de Drexler,
hasta la vuelta
o lo que vendrá...
es la Cruz del Sur.
Una luna negra sobre fondo blanco
es tu lunar
y yo no puedo ni mirar el cielo
sin nombrarte,
yo no puedo ver anochecer
sin recordarte.
Tres Marías blancas van cruzando
un cielo color carbón.
Tus ojos negros dieron en el blanco
de mi corazón
y yo tocando el cielo cada vez
que te miraba,
yo tocando esta canción
mientras te recordaba.
Vuela en el viento
esta canción,
vuela cruzando la noche,
cruzando camino de tu corazón.
esta es una canción de Drexler,
hasta la vuelta
o lo que vendrá...
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