6 de mayo de 2012

No, no es el amor quien muere.


Este decir la verdad no representa gran mérito. Además es tan poco: siempre procuro comunicar algo incomunicable, explicar algo inexplicable, relatar algo que tengo en los huesos y que sólo puede ser
vivenciado en esos huesos. Quizá, en el fondo, no sea otra cosa que ese miedo del cual tanto hemos hablado; pero un miedo extendido a todo, miedo tanto a lo más grande, como a lo más pequeño, miedo paralizante a pronunciar una palabra. Quizá ese miedo no sea sólo miedo sino afán de algo que está por encima de todo lo que provoca miedo, es completamente absurdo.

Franz Kafka, para Mílena.