no hay rincón en esta casa,
que no te haga regresar.
cada grano de memoria,
y la casa es un arenal.
fuí a tus playas por el día,
y allí me quedé cuatro años
fui lamiendo tus heridas,
fuiste dándome un remanso.
a la sombra de tu luna,
se acunó mi corazón.
se curaron mis arrugas,
y la casa se iluminó.
germinaron más poesías,
de las que yo merecía.
se paró el reloj de arena,
1461 días.
y de lo que no se pueda hablar, mejor amar.