arma de la vida y de la historia.
24 de marzo de 2010
22 de marzo de 2010
sublimarlo todo
siempre me encantó el cuadro de Raquel Forner "Simbiosis"
acá sirvió como disparador,
desde el punto de vista de la sublimación
7 de marzo de 2010
alicia, alicia
Alicia y la oruga se estuvieron contemplando en silencio durante algún tiempo. Al fin la Oruga se sacó la pipa de la boca, y le habló con voz lánguida y adormilada.
-¿Quién eres tú? - preguntó la Oruga.
No era esta precisamente la manera más alentadora de iniciar la conversación. Alicia replicó algo intimidada:
-Pues verá usted señor, yo, yo no estoy muy segura de quién soy, ahora, en este momento; pero al menos sé quién era cuando me levanté esta mañana; lo que pasa es que me parece que he sufrido varios cambios desde entonces
-¿Qué es lo que quieres decir? -dijo la Oruga con severidad- ¡Explícate!
-Mucho me temo, señor, que no sepa explicarme a mí misma -respondió Alicia- pues no soy la que era ¿Ve usted?
-No veo nada - dijo la Oruga.
-Temo no poder decírselo con mayor claridad -insistió Alicia muy cortésmente-, porque para empezar ni siquíera lo entiendo yo misma, y además eso de cambiar tantas veces de tamaño en un solo día resulta muy desconcertante.
-No lo es - dijo la Oruga.
-Bueno, quizás a usted no se lo parezca así -dijo Alicia-, pero cuando se haya transformado en una crisálida (y eso ha de pasarle algún día, sabe?) y después en mariposa, ¿no cree usted qye le parecerá todo eso un poco extraño
-¡En absoluto! -declaró la Oruga.
-Bueno, quizá tenga usted sentimientos distintos a los míos, porque le aseguro que a mi me parecería muy raro.
-¡Ah! ¡Tu! -dijo la Oruga con desprecio-. ¿Y quién eres tú?
Con lo cual acababan volviendo a donde habían empezado. Alicia empezaba a sentirse irritada con la Oruga, por esas observaciones tan secas y cortantes, de modo que poniéndose muy derecha le dijo gravemente:
-Me parece que es usted el que debe decirme primero quién es.
-¿Por qué?- inquirió la Oruga.
Era otra pregunta desconcertante, y como a Alicia no se le ocurría ninguna respuesta convincente y como la Oruga parecia seguir en un estado de ánimo de lo más antipático, la niña dio media vuelta para marcharse.
-¡Ven aquí! -la llamó la Oruga a sus espaldas--. ¡Tengo algo importante que decirte!
Estas palabras sonaban prometedoras, y Alicia dio otra media vuelta y volvió atrás.
-¡Vigila ese mal genio! -sentenció la Oruga.
-¿Es eso todo lo que tenía que decirme? -preguntó Alicia, tragándose la rabia lo mejor que pudo.
-No -dijo la Oruga.
Alicia decidió que sería mejor esperar, ya que no tenía otra cosa que hacer, y ver si la Oruga decía por fin algo que mereciera la pena. Durante unos minutos la Oruga siguió fumando sin decir palabra, pero después abrió los brazos, volvió a sacarse la pipa de la boca y dijo:
-Así que tú crees haber cambiado, ¿no?
-Mucho me temo que si, señora. No me acuerdo de cosas que antes sabía muy bien, y no pasan diez minutos sin que cambie de tamaño
2 de marzo de 2010
como si no fuera un rayo
¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.
Rayuela, 93
hay libros que agarro muchas veces en la vida,
los leo y releo y pienso y siento
hay libros que me alegra saberlos cerca,
Rayuela, 93
hay libros que agarro muchas veces en la vida,
los leo y releo y pienso y siento
hay libros que me alegra saberlos cerca,
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